Isabel II de Borbón, llamada la de los Tristes Destinos (Madrid, 10 de octubre de 1830 – París, 9 de abril1904)[1] fue Reina de España entre 1833 y 1868, tras la derogación de la Ley Sálica por medio de la Pragmática Sanción, lo que provocó la insurgencia del infante Carlos, apoyado por los grupos absolutistas (los carlistas) que ya habían intentado proclamarle rey en la agonía de Fernando VII.
Cuando Isabel II contaba 16 años, el Gobierno arregló un matrimonio con su primo, el infante don Francisco de Asís de Borbón, duque de Cádiz. Los cónyuges eran primos carnales por vía doble, pues el padre de él, el infante Francisco de Paula, era hermano de Fernando VII, mientras que su madre, Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias, lo era de la regente María Cristina. A pesar de su parentesco, el matrimonio hizo aguas muy pronto, y nunca sería feliz.
Tal y como relató posteriormente al embajador Fernando León y Castillo durante su exilio parisino, Isabel II no se llevaba bien con su primo y marido Francisco, cuya sexualidad ha sido cuestionada por algunos autores.[2] La misma Reina parece haber comentado en una ocasión sobre su propia noche de bodas: «¿Qué podía esperar de un hombre que en la noche de bodas llevaba más encajes que yo?»
EL HEREDERO
Alfonso nació en el Palacio Real de Madrid el 28 de noviembre de 1857. Las malas lenguas del momento circularon el rumor de que su verdadero padre no era el rey consorte, sino un capitán de ingenieros llamado Enrique Puig i Moltó[1] (el hecho coincidía con la famosa promiscuidad de la Reina y la aparente homosexualidad del Rey -manifestada a través de su evidente amaneramiento-). Alfonso, que recibió el título de príncipe de Asturias tras su nacimiento, tenía cuatro hermanas: la infanta Isabel, condesa de Girgenti (1851-1931), la infanta María del Pilar (1861-1879), la infanta María de la Paz, princesa de Baviera (1862-1946) y la infanta María Eulalia, duquesa de Galliera (1864-1958).